Por: Redacción ActionCOACH

Aquellas empresas que trabajan en la búsqueda de la excelencia reconocen que, dentro de cada individuo, existe la capacidad de hacer cosas poderosas para la organización. Sea un negocio de gran tamaño o uno pequeño, lo que hace cada uno de los empleados es vital para alcanzar los logros. Una prueba de ello es cuando se cambia algún directivo y, aunque se mantenga el mismo equipo de trabajo, ese nuevo elemento puede inyectarle dinamismo y entusiasmo al departamento o, todo lo contrario, conducir al mismo a bajar su productividad.

Por esa razón estoy convencido de que cada individuo, con sus fortalezas o debilidades, permite mejorar la productividad o estancarla. Aunque tu empresa tenga manuales, sistemas, entrenamiento, es el factor humano quien con su talento brinda los resultados de gestión y producción de excelencia que aspira el dueño de negocio.

Fíjate que estoy refiriéndome a la excelencia y no a la perfección, puesto que el concepto de perfección puede ser un factor que detenga la culminación de los proyectos por no estar nunca a la altura de los  estándares de la “perfección”, sin embargo, la excelencia permite valorar algo como “extraordinariamente bueno” y eso si es un estándar para definir la calidad final del trabajo o el producto.

Podemos desglosar algunos de los componentes más importantes que llevan a la excelencia. Estos son: 

1.- Pasión por lo que haces

2.- Motivación, que te impulsa a hacer lo que estás haciendo por encima de factores externos

3.- Tener adecuadas Competencias, definidas éstas como la suma de las habilidades y destrezas naturales o adquiridas para el adecuado desempeño de las funciones requeridas.

4.- Conocimiento técnico para poder desempeñarte con excelencia y el correcto gestionar de ese conocimiento en la vida laboral

5.- Persistencia. No darse por vencido, el éxito está a la vuelta de la esquina, esperando que camines un poco más

6.- Búsqueda de mejoramiento constante.

7.- Compromiso con la labor que se realiza en el trabajo.

Sabemos que no se puede “inocular” la excelencia, pero se puede promover como un valor dentro de la cultura organizacional. Para alcanzar la eficiencia colectiva se deben premiar los comportamientos que busquen la excelencia.

Cada empleado que demuestre algunos o todos los elementos de la excelencia, puede hacer cambios profundos en la organización. Es lo que llamo “Poder de cada uno” y cuando ese individuo une su talento y esfuerzo con otro grupo de empleados, como una cadena virtuosa comienza a fluir la sinergia, donde uno más uno no es igual a dos, sino a una sumatoria mayor.

En ActionCOACH buscamos la excelencia en el desempeño del equipo ya que debe ser uno de los objetivos de toda empresa y lograrlo es una meta realizable. ¡Inténtalo!