Por: Redacción ActionCOACH

Es mucho lo que se ha teorizado sobre la zona de confort y lo que ésta podría representar para tus sueños y metas, que no es otra cosa que el estancamiento, la inmovilidad, el conformismo, y ¿por qué no?, también la infelicidad.

Como su nombre lo dice, la zona de confort radica en sentirnos seguros y cómodos con lo que hacemos, he dicho seguros y cómodos, pero no necesariamente todo lo felices que podríamos ser o sentirnos plenamente satisfechos.

Como la mayoría de las cosas en la vida, el alcanzar lo que anhelamos requiere de riesgos, importantes sacrificios y de superar miedos o temores.

Nuestras inseguridades tienden a inmovilizarnos. Creemos que no podemos hacer algo, tenemos un manifiesto miedo al cambio y nos afectan tremendamente las opiniones de los demás.

Por eso, para avanzar fuera de nuestra zona de confort, debemos superar esa barrera de miedo, y poder llegar a la zona de aprendizaje. En esta última zona, la realidad, los desafíos o problemas hacen que aprendamos nuevas habilidades y ampliemos nuestra zona de confort.

Avanzas una distancia considerable, llegas a ese primer objetivo y acto seguido te invade una felicidad enorme por ese logro. Vendrán, posteriormente, otros objetivos propuestos y nuevamente superados, y seguirás avanzando en tu camino como emprendedor, como caminante eterno, que sencillamente al alcanzar sus metas busca “coronar” con otras más ambiciosas. Este es el rumbo que toma el emprendedor o el sujeto actor de los negocios, el cual es imposible de cumplir si permaneces inmóvil en tu zona de confort.

Sobre este tema hay una frase de Robert Allen que me encanta: “Todo lo que quieres en la vida está fuera de tu zona de confort”, y es que definitivamente es así.

El camino hacia el éxito, donde incluimos nuestros sueños y metas, lo visualizamos y logramos al superar los retos planteados, trabajar tus miedos y ser más hábil y competente.

La actitud es la clave: El triunfador cree en sus sueños y lucha sin descanso por conseguirlos; no se desalienta por ningún obstáculo, pues considera que por grande que parezca, lo vencerá; aprende de los fracasos y trata de ver siempre lo positivo que de ellos se desprende; es disciplinado y asume con responsabilidad lo que sea necesario para cumplir sus objetivos; es muy persistente pues confía que tarde o temprano logrará sus propósitos.

Nadie dijo que el sendero del éxito sería fácil. Tu voluntad y ganas te ayudaran a superar las trabas, a subir cada peldaño, y llegar a la cumbre. La felicidad y el éxito se toman de la mano cuando asumes que está en tus posibilidades, con un adecuado manejo de tus talentos y recursos. ¡Aparta la pasividad y da ese primer paso!