Carlos Castellanos
El reinventarse ha sido una de las características de Carlos Iván Castellanos González, graduado de un liceo Militar de gran prestigio en su natal Venezuela, estudió ciencias veterinarias en la Universidad del Zulia pero pronto se deslocalizó de su profesión, al darse cuenta que las ventas despertaron su interés. Recién egresado de la universidad ejerció cargos gerenciales en el departamento de producción avícola en Pinpollo (Procesadora Industrial de Pollos), allí desempeñó el cargo de Gerente de Pollos de engorde. Por giros del destino, decidió dejar su cargo, adquirió una granja de pollos de engorde automatizada con tecnología de punta, y regresó a la universidad, esta vez a la Rafael Belloso Chacín, y se enroló en una maestría de Mercadeo y Ventas.
Decidió combinar sus conocimientos científicos con sus destrezas de comerciante y comenzó una carrera de vendedor de productos farmacéuticos, un campo de mucho desarrollo hasta hace pocos años en Venezuela. Durante casi una década se desempeñó profesionalmente en el laboratorio AstraZeneca, donde ganó experiencia y escaló posiciones llegando a ocupar el cargo de Asesor Científico (Medical Science Liaison), entre cuyas funciones tenía que trabajar con cardiólogos líderes de opinión en el país, asesorándolos sobre temas científicos mediante conferencias, mesas redondas, participación en congresos cardiovasculares, esto lo llevo a impartir conferencias en todo el territorio nacional y en los Estados Unidos. ¿Sus ingresos? Eran muy superiores al promedio de los profesionales del país. Tenía una vida acomodada haciendo lo que le gustaba.
Sin embargo, la inestabilidad socio política de Venezuela contrajo al mínimo las operaciones de los laboratorios farmacéuticos en su país, lo cual le obligó a tomar nuevas decisiones y comenzar el proceso migratorio para radicar en Canadá, pero sus planes cambian al unirse en matrimonio con María Gabriela Ramones por lo que se reinventaron y orientaron su camino a Panamá, donde decidieron iniciar su vida integrándose a ActionCOACH.
“Aún me encontraba en Venezuela cuando, mientras hacía los trámites migratorios para Panamá, vi un anuncio en Internet sobre ActionCOACH y me atrajo mucho enterarme que la franquicia me permitiría desarrollar mis habilidades y pasiones: ayudar enseñando a las personas sobre negocios y ventas. Yo estaba planeando qué iba a hacer a partir de mi nueva vida en otro país y, realmente, no me atraían las franquicias donde yo estuviese detrás de una máquina registradora o vendiendo hamburguesas, seguía buscando una buena oportunidad de negocios hasta que conocí a ActionCOACH”
“Con tan solo tres meses en Panamá, no cuento aún con relaciones, ni amigos ni nada parecido, que me apoyen en esta nueva etapa, y aunque en ocasiones puede resultar atemorizante, me da mayor impulso para tomar las riendas de nuestra nueva vida, sobre todo ahora que tenemos un hijo. Finalmente dí el salto de asalariado a dueño de mi propia franquicia y ya no me preocupo, sino que me ocupo por el futuro de mi familia. Mi esposa me acompaña en este proceso, ella forma parte de mi equipo de ventas, ya tenemos organizados dos seminarios con dueños de negocios en este nuevo país”.
Nos confesó sus metas inmediatas –con una familia en crecimiento- aspira obtener ingresos mensuales mínimos de 5 mil dólares, y en un año, alcanzar tener ingresos pasivos al tener completa la estructura de su negocio. “En ActionCOACH enseñamos a los dueños de negocios a dejar atrás el autoempleo y disfrutar de su vida y su tiempo. Mi vida no puede ser diferente a lo que yo enseño”.
En base a su experiencia, ofrece lo que considera su mejor consejo a quienes todavía evalúan si continuar en su empleo o dar el paso hacia la independencia económica. “Es natural sentir temores, pero es importante que te reconcilies con ellos, no dejes que te venzan y toma la decisión de una vez. Pueden pasar otros diez años sin haberte decidido. Reinvéntate, el momento es ahora”
¿Y tú, qué esperas para entrar en Action?
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