Por: Redacción ActionCOACH

Puede ser que ocurra una merma en la actividad económica, acontecimientos internos en la empresa, cambios de gerencia, venta, o simplemente que las cuentas no están saliendo como se espera, y es el momento de tomar decisiones radicales.

Más pronto que tarde la gerencia pone manos a la obra y se delinea una nueva estrategia, pero no siempre es sencillo darle operatividad a los cambios porque se pueden enfrentar barreras que obstaculizan el éxito.

La resistencia al cambio que suele florecer en la masa trabajadora, es uno de los primeros obstáculos con el que te puedes topar al momento de querer darle operatividad a la reorientación estratégica de tu negocio. ¿Cómo convencer a tus empleados de la necesidad del cambio?

En primero lugar, se hace necesario que ellos perciban también la necesidad de ese cambio. Esta es parte importante en la transición, si tus empleados no reconocen la importancia de llevarlo a cabo, es difícil que se pueda llegar a la acción efectiva.

Poner a los empleados a sentir en carne propia las “dificultades” que surgen de no reorientar el negocio, es una de las formas de vencer esa barrera interna. Otra es la de identificar los liderazgos naturales, dentro de cada departamento, que ejercen mayor influencia en la organización. Al convencerlos a ellos, el efecto de onda es más fácil de transmitir hacia el resto de los empleados.

Además de potenciar los líderes naturales, la dirección de tu empresa puede identificar a aquellos trabajadores que ya están ganados hacia el cambio y pueden apoyar la decisión en distintos escenarios, incluyendo quienes pueden resultar mayormente beneficiados por el cambio de estrategia.

No se te olvide identificar a aquellas personas qe pueden mostrar mayor resistencia y cuáles pueden ser sus mayores objeciones. Escúchelos y reflexiona si hay opciones de negociación sobre sus razones.

Un elefante se puede comer completo un bocado a la vez y así mismo sucede con el resto de los grandes planes de cambios estratégicos. Esto quiere decir que, ante un ambicioso cambio de dirección de tu empresa, debes subdividir ese objetivo en metas más pequeñas y más fáciles de visualizar y hacer. ¿Quién quiere ser partícipe de una labor que parece titánica y casi imposible? Pero con metas fraccionadas y más concretas se pueden lograr avances graduales y persistentes.

Cuando las distintas redacciones de los periódicos decidieron avanzar paso a paso con el progreso tecnológico y sustituir las tradicionales máquinas de escribir por computadoras personales, ocurrió una de las más grandes revoluciones silenciosas en materia de comunicación: aquellos periodistas veteranos, quienes durante más de 20 o 30 años habían escrito con sus máquinas de teclas, sintieron que se perdía gran parte del corazón del periodismo, o que sencillamente no sabían cómo dar el paso hacia lo digital,  mientras que los nuevos periodistas, los pasantes y los más jóvenes de las salas de redacción, resultaron ser menos resistentes a aprender y a utilizar la nueva tecnología computarizada.  

Lo cierto es que poco a poco, esas personas comprobaron la cantidad de horas hombre que se ahorraban escribiendo en pantallas de computadoras en lugar de papel, y la natural resistencia dio paso a cada vez más complejos programas de diagramación y escritura.

Los cambios de rumbo de las empresas no tienen por qué tornarse luchas soterradas entre la gerencia y el tren de empleados. Con planificación y estrategia se puede lograr dar el viraje necesario y terminar comiendo el elefante en un solo plato.