Por: Cynthia Wihardja
Los dueños de negocios tratan de encontrar una manera de diferenciar su producto, su servicio y su marca. Gastan un montón de dinero en publicidad, ejercicios de marca, etc., y para algunos, funciona. Sin embargo, la mayoría de las empresas no obtienen el máximo impacto de sus esfuerzos porque no han profundizado en la raíz de la diferenciación.
Entonces, ¿cuál es la raíz de la diferenciación? Lo creas o no, todo comienza con el pueblo y la cultura.
¿Cómo siente el mercado tu diferenciación en cada encuentro, cada “momento de la verdad” en la que interactúan contigo? ¿Es tu empresa sólo un montón de gente simplemente haciendo su trabajo sin saber realmente el verdadero propósito de su trabajo? ¿Estás confiando demasiado en el producto para sorprender el mercado? ¿Y si hay otro producto como el tuyo? El producto es lo más fácil de copiar.
No se trata sólo de la formación de tu gente sobre cómo hacer un gran servicio. En lo más profundo, las personas que no tienen el corazón y la pasión para crear un gran servicio no lo harán sólo porque no se les ha entrenado. No es que no puedan hacerlo, pero no lo harán. “No se puede” se asocia con habilidad. “No” se asocia con la voluntad. Mantén de la habilidad, empieza por construir la voluntad.
Piensa en todas las historias, que hemos oído hablar de gente que abandona los estudios para hacer algo grande en el mundo de los negocios, ya que tenían la determinación de tener éxito, la creencia de que pueden hacerlo, un objetivo claro de lograrlo, y por lo cual, buscaron la habilidad o personas que pueden cubrir sus debilidades. Es la típica historia de éxito impulsado por la voluntad, no por la habilidad.
Así que lo mismo vale para la diferenciación. La voluntad viene de la comprensión de su visión de la empresa y el propósito. ¿A dónde vamos y por qué es importante? Los propietarios que piensan que la visión es sólo para personas mayores pronto encontrarán que el resto de la organización opera como robots.
La gente quiere tener sentido en lo que hacen, incluso el personal subalterno. Haz de tu diferenciación un objetivo común para toda la organización.
En segundo lugar, la voluntad viene del acuerdo para trabajar con un valor común. El valor de marca, la cultura corporativa, reglas del juego… como se llame, comparte este valor común con el equipo para guiarlos en la cultura básica que es la base de la empresa. Y empezar a identificar y premiar comportamientos específicos que se comunican a ese valor. Lo que se recompensa se hace de nuevo.
La diferenciación comienza con cada uno de los empleados de la organización, incluido tú mismo. Ellos son sus embajadores de la marca que se puede hacer o romper su reputación.