Por: Equipo ActionCOACH
No hay dos sin tres, ni correo electrónico sin spam.
Con este nombre se conoce hoy a la publicidad no solicitada (o correo basura, simplemente) que llega por mail. Se llaman spam porque ésa era la marca de una carne enlatada (spiced ham, más adelante se usaría la cifra spam) que durante la Segunda Guerra Mundial no estaba racionada en Inglaterra.
Los británicos llegaron a estar tan saturados de este producto que la situación dio origen a un sketch del grupo cómico Monty Python, que ocurría en un restaurante cuyo menú siempre incluía SPAM. No importa lo que se pidiera, siempre traía SPAM.
Las mayúsculas son adrede. La corporación Hormel Foods, creadora de este producto alimenticio, no se opone hoy a que se emplee la palabra spam, en minúscula, para hablar de la plaga que afecta al correo electrónico, pero se reservan las mayúsculas para su producto.
De todos modos, ya no habría manera de detener el uso de este término: se reportan nueve mensajes de spam por segundo circulando por las arterias de Internet. Según Ignacio Conti, director de operaciones de Afina Argentina, un mayorista español especializado en seguridad, el 80% del mail que circula en el mundo es spam.
Estados Unidos y Corea del Sur son los que más spam generan, con el 37 y 18%, respectivamente. En América latina, Brasil (2,8%) y la Argentina (2%) encabezan el lote.
Lo vivimos a diario: tengamos muchos o pocos amigos, los que envían spam (spammers) nunca nos fallan; en ocasiones, todo el mail que recibimos es publicidad no solicitada.
Volver de vacaciones equivale a invertir horas en limpiar la casilla de correo. Consume tiempo, recursos y dinero. Según "Spam", un exhaustivo libro de Anaya Multimedia recientemente aparecido en la Argentina, las empresas norteamericanas gastan unos 8000 millones de dólares al año por culpa del correo no deseado; los particulares, 225 millones.
Sí o sí
Y aunque no se lo puede evadir por completo, en los siguientes párrafos el lector encontrará las claves para mantener el "correo basura" a raya.
Clave: nunca responder un mensaje de spam ni hacer clic en los links que proveen con la promesa de quitarnos de sus listas.
Motivo: los spammers no siempre cuentan con nuestra dirección de correo electrónico; usan programas para adivinarlas.
Otras veces poseen las direcciones, pero no saben si todavía están activas. Por eso, incluyen un link al pie de sus mensajes para "no volver a recibir esa publicidad". Si respondemos, sólo confirmamos que la dirección está activa y, lejos de eliminarnos de la lista, nos quedaremos en ella por toda la temporada.
Clave: borrar el spam sin siquiera abrirlo; desactivar la Vista Previa (en Outlook Express, menú Ver>Diseño>Panel de Vista previa).
Motivo: el hecho de leer un mensaje de publicidad no solicitada alcanza para confirmar que nuestra dirección existe. ¿Cómo? Por un lado, por los acuses de recibo que el mail puede enviar al remitente. Por otro, por medio de los Web bugs o "micrófonos ocultos Web". Un Web bug es una imagen transparente y pequeña (usualmente de 1 pixel de lado) capaz de decirles a terceras partes si leímos ese mail, cuántas veces lo hicimos, durante cuánto tiempo lo miramos, si se lo reenviamos a alguien, y así. Este es uno de los motivos por los que muchos programas de correo tienen desactivada la carga de imágenes que vienen con los mensajes.
Arañas y arrobas
Clave: no colocar nuestra dirección de mail en sitios Web; si esto es indispensable, usar una cuenta alternativa (más sobre esto enseguida). Si es posible, no usar la arroba (@) sino el símbolo de numeral (#) o la palabra "at".
Motivo: otra de las formas de recolectar direcciones es por medio de spiders (arañas en inglés), programas autónomos que recorren sitios Web para reconocer y capturar mails. Usualmente, reconocen las direcciones gracias a la arroba (@).
Clave: tener una cuenta para exponer en sitios Web y otras actividades públicas y usar otra para el correo de trabajo o familiar.
Motivo: hoy es simple y rápido obtener una cuenta de correo gratis en Hotmail (www.hotmail.com), Yahoo! (http://ar.yahoo.com) y otras. No sólo son una buena alternativa para exponer en sitios Web, si esto hace falta, sino que además ofrecen un excelente control antispam.
Clave: no reenviar cadenas que llegan por mail. Son, invariablemente, una trampa. En muchos casos, sirven a los fines de los spammers.
Motivo: una de las formas más comunes de conseguir mails para las listas de los spammers es por medio de cadenas alarmistas.
Hace poco, los clientes de Speedy y Fibertel recibieron un correo donde se los instaba a "dejar de enviar pornografía infantil desde esas cuentas de correo". Asustados, hasta los más veteranos hicieron clic en un link donde, se decía, estaban "las pruebas". Era, claro está, una trampa para capturar direcciones.
Otros alertan sobre "el peor virus de la historia, según CNN" e invitan a reenviarlo a todos nuestros amigos, "para protegerlos". En realidad, al reenviarlo los estamos condenando a más spam.