Por: Harvey Mackay

Este pasaje inspirador del legendario libro de cuentos infantiles “La pequeña locomotora que si pudo” (1930) de Watty Piper, resume la fortaleza mental necesaria en un empresario:

Mientras se acercaba más a la meta, por lo que ha desalentado a los motores más grandes, se fue más despacio. Sin embargo, seguía diciendo “Yo sé que puedo, yo sé que puedo”. Llego a la cima haciendo uso de su valor y luego pasó a bajar la pendiente felicitándose y diciendo “Yo sabía que podría, yo sabía que podría”.

La misma dinámica se aplica en nuestra vida personal como profesional. Nunca he conocido una persona exitosa que no haya pasado por alguna adversidad, muchas subidas y bajadas, persiguiendo sus objetivos.

La simplicidad se aplica especialmente en los líderes de las pequeñas empresas, que lucha en contra de los pronósticos adversos con recursos escasos. Muchas empresas de nueva creación quiebran rápidamente, Así que ¿cuál es la ventaja especial que tienen los ganadores?

Una escuela de negocios estudió a 400 ejecutivos que habían alcanzado el éxito y los comparo con 400 que se quedaron en el camino. La idea era descubrir qué hicieron diferente las personas que tuvieron éxito de aquellos que no.

La educación no es el factor clave, ya que algunos que dejaron la preparatoria tienen empresas exitosas mientras que algunos con MBA cayeron de golpe en callejones sin salida.

¿La experiencia? Las personas con los mejores puestos deberían tener una edad avanzada, pero este no era el caso. Las habilidades técnicas, sociales y docenas de otras variables relacionadas con la experiencia fueron examinadas también. Esos factores tampoco fueron claves para la investigación.

¿Cuál ha sido la habilidad que se distingue constantemente de las personas que tienen éxito de los que no? La perseverancia.

Todas las personas se tienen que enfrentar a alguna adversidad en algún momento. Cómo lo resuelves, qué haces, qué te está dando y quitando, está determinada por los hábitos. En pocas palabras, tienes que tomar cartas en el asunto de tu vida y hacer algo con ella.

Puedes crear el hábito de enfrentar los grandes retos de la vida, por lo que es fundamental desarrollarlo antes de que lo llegues a necesitar. La adversidad puede ser algo positivo, aunque no se sienta de esa forma en el momento en el que las estas enfrentando.

La adversidad nos define. Es fácil tener una gran actitud, una fuerte ética laboral y una actitud positiva cuando las cosas van bien. Pero ¿cómo enfrentamos los tiempos difíciles? 

Aquellos que fueron perseverantes

Considera los siguientes logros fenomenales de personas famosas que enfrentaron alguna adversidad:

Cuándo Bob Dylan se presentaba en el show de talentos de la escuela, sus compañeros lo abucheaban para que saliera del escenario.

Walt Disney experimentó la bancarrota y una trágica crisis nerviosa, pero aún así logró llegar a la cima.

Sir Walter Raleigh escribió una “Historia del mundo” durante una condena de 13 años.

Martin Luther tradujo la Biblia, mientras estuvo desterrado en el Castillo de Wartburg.

Dante escribió La Divina Comedia mientras enfrentaba 20 años de exilio y una sentencia de muerte.

Helen Keller, una persona con una discapacidad ocasionada por una grave enfermedad de pequeña no fue capaz de ver ni oír a lo largo de su vida, a pesar de eso se convirtió en una escritora y activista famosa conocida por su carisma y sabiduría.

Tres consejos para lograr el éxito

Cuando se cumplan los desafíos, mantener estos tres consejos en mente:

• Enfócate en mejorar no en la perfección siempre puedes hacer más, alcanzar más y obtener más. Realiza un seguimiento de tu progreso para que puedas ver que tan cerca has llegado para cumplir tus objetivos y la meta final. Se proactivo.

• Crea tus propias oportunidades trabajando en lo que puedes controlar en vez de lo que está más allá de tu alcance. Antes de que te des cuenta más cosas van a estar a tu alcance. No tengas miedo al fracaso.

• Ordena tus ideas y dales la oportunidad de tener éxito. Aprende de tus errores, el historial anual del negocio está llena de historias de cómo el éxito es el resultado de fracasos colosales. ¡Logra que la historia se repita por si sola!

El punto es que, odio perder. Sin embargo estoy orgulloso de admitir que la adversidad me ha hecho un mejor hombre de negocios, un mejor golfista y mejor persona. Cuando no hay otra empresa o negocio con el cuál competir, trato de superarme a mí mismo. Si eso suena simple, es  porque lo es. Siempre busco estar bien y mostrar mi mejor cara.

Mi moral es que ante la adversidad algunas personas se rompen y otras rompen records.